(Robert Allen Zimmerman; Duluth, EEUU, 1941) Cantante y compositor estadounidense de folk y rock, una de las grandes figuras de la música contemporánea, cuya producción musical lo erigió en un referente entre los cantautores. Su admiración por el poeta Dylan Thomas le llevó a adoptar el apellido artístico por el que se ha hecho popular. En la década de 1960 creó un estilo propio a partir de la recuperación de la música folk, a la cual añadió unas letras cargadas de simbolismo y reivindicaciones, que le convirtieron en un líder para la juventud contestataria de su país. Canciones como Blowin’ in the Wind, Maters of war o Talkin’ World War III blues revolucionaron el pop mundial y abrieron nuevos caminos tanto para cantautores como para bandas de rock. En 1965 recurrió a los instrumentos eléctricos e inició una serie de bruscos virajes, tanto estilísticos como espirituales, que le valieron numerosas críticas de los seguidores más puristas del folk. Tras un largo período de silencio discográfico, volvió a llamar la atención con un trabajo recopilatorio grabado en directo y sin instrumentos eléctricos, Unplugged (1995). Algunos de sus álbumes más destacados son The freewheelin' BobDylan (1963), Blood on the tracks (1975) y Oh mercy (1989), mientras que Love and theft (2001) y Modern times (2006) figuran entre sus últimos discos. Nominado para el Nobel de Literatura, fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de las Artes en 2007.
Desde la infancia mostró un gran interés por la música y la poesía.
Vivía en un entorno rural y conoció de primera mano la música
tradicional americana de origen europeo. En 1959 empezó a estudiar en
la Universidad de Minnesota, donde entró en contacto con la llamada
música folk y con la canción protesta. Frecuentaba los locales
nocturnos en los que se interpretaba música y pronto empezó a actuar en
ellos. Además, pasaba más tiempo cantando y tocando la guitarra y la
armónica que estudiando. Fue entonces cuando adoptó su nombre
artístico. Bob Dylan
abandonó definitivamente los estudios universitarios y, decidido a
dedicarse por completo a la música, en 1961 se trasladó a Nueva York.
Allí
empezó a cantar en los cafés de Greenwich Village, donde se reunían los
aficionados al folk. El joven cantante llamó la atención de las más
importantes figuras del género, a las que admiraba y que pronto lo
consideraron uno de los suyos. Con sus guitarras, banjos, tambores y
armónicas, los cantantes folk de los años sesenta iban de la mano con
la expansión de los movimientos por los derechos civiles y contra la
guerra de Vietnam. Músicos como Pete Seeger, Peter, Paul and Mary o Joan Baez,
en general jóvenes comprometidos blancos de clase media y urbanos,
estaban convencidos de que con canciones podían combatir el
comercialismo, la hipocresía, la injusticia, la desigualdad y la
guerra. También Bob Dylan transmitía con sus letras de alto contenido
poético mensajes que daban un nuevo sentido a la música popular. Sus
canciones de protesta no sólo reflejaban los sentimientos de la gente
hacia los temas contemporáneos, sino que los creaban, ganándose el
título de la voz de su generación.
Una elogiosa crítica aparecida en
The New York Times le abrió las puertas del mercado
discográfico: la discográfica Columbia Records le ofreció
grabar su primer disco, titulado Bob Dylan (1962).
En este primer vinilo alternó canciones del
repertorio folk y blues e incluyó dos temas propios.
Bob Dylan fue bien recibido por la crítica y el público y ya
mostraba las características esenciales de su estilo: mezcla
de las distintas tradiciones musicales populares americanas
(especialmente el folk de origen europeo y
el blues afroamericano) y gran importancia de las letras
de las canciones.
The New York Times le abrió las puertas del mercado
discográfico: la discográfica Columbia Records le ofreció
grabar su primer disco, titulado Bob Dylan (1962).
En este primer vinilo alternó canciones del
repertorio folk y blues e incluyó dos temas propios.
Bob Dylan fue bien recibido por la crítica y el público y ya
mostraba las características esenciales de su estilo: mezcla
de las distintas tradiciones musicales populares americanas
(especialmente el folk de origen europeo y
el blues afroamericano) y gran importancia de las letras
de las canciones.
En 1963 se publicó el segundo disco de Bob Dylan, The Freewheelin’ Bob Dylan, que fue un gran éxito. De entre las canciones que contenía este álbum destaca Blowin’ In The Wind,
convertida muy pronto en un auténtico himno generacional. Esta canción
se cantaba en las manifestaciones pacifistas y a favor de los derechos
civiles de la población afroamericana y fue rápidamente traducida a
diversos idiomas. Dylan se había convertido en una figura de proyección
internacional. Su tercer disco llegó en 1964 y el título, que lo es
también de una de las canciones que contiene, expresa el sentir de una
época: The Times They Are A-Changin’; es decir, Los tiempos están cambiando.
La
imagen de Dylan como cantautor comprometido y figura importante de la
canción protesta cambió con su siguiente disco, aparecido en 1965 y
titulado Highway 61 Revisited, que incluye el tema Like a Rolling Stone.
Esta canción, un auténtico exponente de genuino rock-and-roll, marcó el
inicio del Dylan rockero, aunque no dejara de conceder gran importancia
a las letras. En el Festival de Folk de Newport, ante la sorpresa y
disgusto del público, actuó acompañado por una guitarra eléctrica y
amplificadores: no volvería a ser invitado. Lo que estaba haciendo
Dylan era revolucionar la idea de música folk, ampliando sus
posibilidades. El 1 de junio de 1966 conquistó
Europa desde el Olympia de París. El 29 de
julio de este mismo año sufrió un accidente
de moto, tras el cual desapareció de
la vida pública durante dos años.
Europa desde el Olympia de París. El 29 de
julio de este mismo año sufrió un accidente
de moto, tras el cual desapareció de
la vida pública durante dos años.
Joan Baez y Bob Dylan (1963)
En 1970 se estrenó la película El precio del fracaso, dirigida por Sidney J. Furie y con banda sonora de Bob Dylan. Tres años después llegó a la gran pantalla un nuevo filme con música de Dylan, Pat Garret y Billy The Kid, dirigida por Sam Peckinpah y en la cual el cantante interpretaba un pequeño papel. En 1975 rodó su única película como director, Renaldo y Clara, y tres años después apareció en un documental firmado por Martin Scorsese titulado El último vals. Para este último trabajo, el director americano se basó en el histórico concierto de despedida de The Band, el grupo que entre mediados de la década de 1960 y mediados de la siguiente acompañaba a Bob Dylan en muchos de sus recitales. El concierto tuvo lugar el Día de Acción de Gracias en Winterland, San Francisco, y en él participaron, además de Dylan y The Band, músicos notables como Eric Clapton, Neil Young, Ringo Starr y otros.
Las canciones de Dylan de
la década de 1980 responden, en su mayoría, a sus inquietudes
religiosas, y sus letras adquieren una notable profundidad. No vivía
entonces su momento de mayor popularidad, aunque los veinticinco años
de carrera musical no pasaron por alto ni a su discográfica ni al
público. Así, en 1985 apareció un quíntuple álbum antológico, Biograph, que contenía versiones inéditas de algunas de sus canciones.
Dylan fue durante años un referente generacional, y
llegó un momento en que los textos de sus canciones empezaron a
interesar seriamente a la intelectualidad de la época. El gran poeta
del movimiento beat Allen Ginsberg no dudó en mostrar su admiración por
Dylan refiriéndose a él como “un importante bardo americano del siglo
XX cuyos textos han influido a generaciones en todo el mundo, lo cual
le hace acreedor del premio Nobel”. De hecho, desde 1996 y año tras
año, el escritor y profesor de literatura Gordon Ball postularía a
Dylan para la concesión de este importante premio, y la primera vez lo
hizo a instancias de Ginsberg, fallecido en 1997.
A
lo largo de su carrera ha recibido premios como el doctor honoris causa
por la Universidad de Princeton, diversos Grammy y el Lifetime
Achievement Award como reconocimiento a su trayectoria artística.
Comendador de la Orden de las Artes y las Letras francesas,
en 2001 recibió un Óscar a la mejor canción original
y un Globo de Oro por Things Have Changed,
tema incluido en la banda sonora de la
película The Wonder Boys, dirigida por
Curtis Hanson. En 2006 recibió dos nuevos
premios Grammy por Modern Times, disco editado ese mismo año y galardonado como mejor álbum de folk contemporáneo. Además recibió por una de las canciones de este trabajo, Someday Baby, el reconocimiento como mejor solista de rock.
en 2001 recibió un Óscar a la mejor canción original
y un Globo de Oro por Things Have Changed,
tema incluido en la banda sonora de la
película The Wonder Boys, dirigida por
Curtis Hanson. En 2006 recibió dos nuevos
premios Grammy por Modern Times, disco editado ese mismo año y galardonado como mejor álbum de folk contemporáneo. Además recibió por una de las canciones de este trabajo, Someday Baby, el reconocimiento como mejor solista de rock.
En los últimos años Dylan ha participado en la banda sonora de nuevas películas como Miedo y asco en Las Vegas, de Tery Gilliam (1998), y Anónimos,
de Larry Charles (2003), en la que también intervenía como actor
encarnando a una vieja gloria de la música encerrado en prisión. Pero
también su vida y su obra han interesado a directores de cine
importantes, como Martin Scorsese, que en 2005 realizó un documental
titulado No Direction Home. Dos años después llegaba a la gran
pantalla un filme en el que Dylan no intervenía directamente pero que
estaba basado en su vida, I’m Not There, dirigido por Todd
Haynes. El filme, que contaba con el beneplácito del artista, fue
presentado en el Festival Internacional de Cine de Venecia en agosto de
2007.
Si algo le faltaba a Bob Dylan para acabar de forjar su leyenda, era la publicación de su autobiografía. Chronicles Volume One
vio la luz en 2004 y supuso todo un acontecimiento literario
internacional. En junio de 2007 se hizo pública la concesión del premio
Príncipe de Asturias de las artes al cantante. Entre los candidatos
figuraban el compositor Andrew Lloyd Weber, los arquitectos Frank O.
Gehry y Rafael Moneo, así como la pianista Maria João Pires. El jurado
se decidió por Dylan por su condición de “mito viviente” y por haber
sido “el faro de una generación que tuvo el sueño de cambiar el mundo”.
Se subrayó “la austeridad en las formas y la profundidad en los
mensajes” en las canciones del músico estadounidense.
El
cantautor fue uno de los grandes ausentes en la ceremonia de entrega de
los premios, el 26 de octubre en el Teatro Campoamor de Oviedo. Envió,
sin embargo, un escueto mensaje en el que agradecía la concesión del
galardón. Ese mismo mes se publicaba una retrospectiva de su obra en
tres discos compactos que recogían más de cuarenta años dedicados a la
música. Pocos días antes Dylan había asistido, en una sinagoga de
Atlanta, a la celebración del Yom Kippur, el Día del Perdón. Allí rezó
y mostró públicamente su retorno al judaísmo de sus orígenes familiares.
Enlaces:
http://www.youtube.com/watch?v=JlDrHDc8DSQ
http://www.youtube.com/watch?v=cLiLSRKms30
http://www.youtube.com/watch?v=JdCfhLAWioA&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=5_swaxOidGU&feature=related
Enlaces:
http://www.youtube.com/watch?v=JlDrHDc8DSQ
http://www.youtube.com/watch?v=cLiLSRKms30
http://www.youtube.com/watch?v=JdCfhLAWioA&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=5_swaxOidGU&feature=related
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